Nuestro liderazgo necesita el matiz de una espiritualidad arraigada en principios de la palabra de Dios y no tan solo observaciones del mercado, la empresa o la experiencia de quien escribe.
La mayoría de los libros de liderazgo no abordan la espiritualidad de manera sustancial, y los de espiritualidad no la abordan desde la perspectiva del liderazgo, lo cual pierde de vista el efecto que una espiritualidad genuina puede provocar.