Palabras. Pensamos palabras, oímos palabras. Hablamos palabras y leemos palabras. Todo el tiempo. Cada día. ¿Qué tiene que ver las palabras con el cristianismo? Casi todo.
En cada etapa de la historia redentora, desde tiempos antes del tiempo, en la creación de Dios, en la caída del hombre, en la redención de Cristo y en la consumación que viene, Dios está presente y no en silencio. Las palabras de Dios crean, confrontan, condenan, corrigen y confortan de manera decisiva. Por sus palabras, Él interpreta e instruye. Este es un delicioso libro sobre la fe, el amor y las maravillas de Dios.